UPN - Competencias docentes Generación 6


UPN - Competencias docentes Generación 6

lunes, 30 de mayo de 2011

Mi confrontación como docente

El siguiente trabajo tiene como finalidad mostrar una reflexión sobre el trabajo realizado durante el modulo 1 de la primera unidad, de esta Especialidad.
Estudie la Licenciatura en Psicología Social, en la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Iztapalapa, en el D.F. Mi profesión se encarga de estudiar, principalmente, como los pensamientos, sentimientos y comportamientos de las personas se ven influenciados, de manera consciente e inconsciente, por otras personas con las que interactúan. La idea de estudiar esta carrera era en función de ayudar a los otros en sus problemas personales al estar inmersos en diferentes grupos (trabajo, familia, escuela, etc.).Aunque nunca me desagrado la idea de ser docente, y también lo vi como una posibilidad el poder  impartir materias relacionadas con mi perfil.
Nunca pensé que empezaría a incursionar como maestra a la edad de 18 años, llegar ahí fue realmente una casualidad.
Debo confesar que si tuve temor ya que me encontraba ante la responsabilidad  de impartir clases de manera formal; además me angustiaba  que los padres se dieran cuenta de mi falta de experiencia, ya que siendo una escuela particular varios padres de familia eran profesionistas y exigían mucho de  los  profesores. Yo me percibía como una maestra muy estricta, hasta hubo padres de familia que me decían que parecía que sus hijos estaban en una escuela militarizada,  pensé que era lo más conveniente y siento que mis alumnos me tenían miedo más que respeto. Pasando el tiempo me di cuenta que no quería ser así, que tenía que pensar que es lo que me gustaría que pasará durante mis clases en mis alumnos.
Empecé por la búsqueda de mi identidad profesional, tomando en cuenta que ahora era yo quien enseñaba, pero ¿Cómo enseñar lo que había aprendido? ¿Cuál era la mejor forma? Estaba en la disyuntiva entre lo que aprendí, como teoría y lo que tenía que enseñar en la práctica.
Los papeles de cambiaron, ahora yo era la profesora de clase, la que se encontraba detrás del escritorio, frente al pizarrón, con los ojos puestos de todos en mi.
Cuando me proponen entrar a trabajar en el Instituto con adolescentes, surge en mi la incertidumbre de ¿cómo trabajar con adolescentes?, una población distinta a la que estaba acostumbrada, era un gran reto.
Tenía algunos meses  de haber concluido mi Licenciatura, y no me sentía tan capaz  de trabajar en el nivel medio superior; sin embargo se presento la oportunidad y la aproveche.
Reconociendo mis limitaciones en cuanto a ciertas competencias, me he interesado por estar siempre actualizándome, ya que los alumnos traen consigo muchas inquietudes que esperan resolver  en el aula con nosotros los docentes.
El mantener una comunicación adecuada entre la ciencia y los alumnos, dice Esteve, es una labor constante del profesor. Hablar  el mismo idioma que los alumnos genera una empatía muy conveniente, permite una armonía en el salón, teniendo como efecto que ambos se sientan a gusto.
Para mí ser profesora de educación media superior significa un privilegio, ya que a través de estos 15 años de trabajo en el Instituto  he tenido muchas satisfacciones, aunque también desencuentros. Pienso que este nivel es el que más me ha gustado trabajar, los jóvenes te contagian de su vitalidad  y entusiasmo. Actualmente me percibo como una profesora menos tensa que disfruta de lo que realiza.
Las satisfacciones que he tenido es saber que la mayoría de mis alumnos se expresa de mí de manera positiva, y cuando realizan las evaluaciones de sus profesores en cuanto a la manera de dar la clase, prepararla, evaluarlos y la actitud que mostramos frente al grupo, obtengo, en su mayoría comentarios favorables.
Encontrarme con  ex alumnos que ahora tienen estudios superiores, y que nos visitan en la escuela para agradecer ese granito de arena con el cual contribuimos para su realización; es una satisfacción indescriptible.
Sin embargo también he tenido  insatisfacciones cuando tengo el reto de ciertos alumnos que les cuesta trabajo integrarse en la clase y solo se encuentran distrayendo a los demás, o incluso haciendo comentarios fuera de lugar. O cuando se deja traer investigaciones o material para realizar una actividad en clase y no cumplen con ello por falta de recursos en casa o falta de infraestructura en la escuela, que en realidad se viene traduciendo como falta de oportunidades.
La falta de motivación que a veces los alumnos tienen se debe a diversos factores, tanto internos  como externos, que se acentúan más en esta etapa tan vulnerable como lo es la adolescencia.
No podemos olvidarnos de un serio problema, como lo es la indisciplina en el aula, en un principio a todos nos cuesta  mucho trabajo establecer límites y queremos que acabe  la clase para salir huyendo de ahí. Al respecto dice Esteve, no pensemos en los alumnos como nuestros enemigos, pongámoslos de nuestro lado utilizando el razonamiento, el diálogo y la negociación, esta es un arma poderosa para obtener mejores resultados.
Para concluir me gustaría hacer referencia de la lectura “La concepción del profesor”, cuando nos menciona  que es necesario conocer las teorías pedagógicas y que sin embargo esto no facilita la formación docente, ya que cada escuela, cada aula, y cada estudiante es diferente; por lo que siempre tendremos que adecuar nuestras estrategias.

1 comentario:

  1. Hola Laura, coincido contigo en lo que respecta a la falta de motivación y de interés que tienen nuestros estudiantes para trabajar, pero creo que podemos contribuir a motivar a nuestros estudiantes al realizar una planeación de la clase diferente, en la cual incluyamos las herramientas tecnológicas, además de tomar en cuenta lo lúdico que nos permitirá desarrollar ambientes mas atractivos de trabajo

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